Vaya tarde pasamos en la bodega del abuelo (rincón histórico que todavía se conserva en Viña Elena). Nos adentramos en la antigua bodega donde descansan los antiguos toneles de vino, digo descansan porque se respiraba una paz y un sosiego en el interior que solo el vino te hace sentir. El olor era tan característico (entre la vieja madera de los toneles y lo que contenían dentro) que no pudimos resistir la tentación de probar lo que Francisco Pacheco, padre de Paco y abuelo de Elena elaboró en su momento.

Cuando Miguel (el de la foto y de los que mejor conocen la casa) comenzó a andar sobre los viejos toneles, para lograr llegar al mejor sitio y “extraer”como manda el ritual, aquel vino, fue como imaginarte en la época y creerte de verdad que es lo único que existía en el momento.. el vaso típico; nada de copa, había que beberlo en toda regla. Bueno el color ya lo decía todo…y el sabor ni lo podéis imaginar!! algo inigualable…la verdad es que cuando nos dio la luz del sol al salir de allí, me dio la sensación que algo se movia…pero estaba claro: aquel vinillo dulce del abuelo me había gustado demasiado…