El pasado domingo 11 de Noviembre, La Cofradía del Vino Reino de la Monastrell, celebró en Monovar (Alicante)  su anual gran Capitulo, acto ceremonial de investidura de nuevos cofrades.

Este año la designación como Cofrade de Merito fue para Paco Pacheco, reconociendo que recae sobre aquellas personas que han destacado en la actividad vitivinícola y la han ensalzado durante toda su trayectoria.

Desde aquí queremos agradecer a la Cofradía y a todos sus miembros  su gran dedicación y esfuerzo, por valorar, enriquecer y encumbrar la uva Monastrell y los vinos de la tierra y en definitiva por  elogiar a estas personas que dedican y han dedicado gran parte de su vida al vino.

Queremos compartir con vosotros, la semblanza a Paco Pacheco durante el acto de investidura, palabras que le emocionaron y que en definitiva nos emocionaron…

Paco

A Paco, como a él le gusta que le llamen, lo puedes encontrar desde 1934 hasta hoy en el Estrecho de Marin de Jumilla, lugar en el que nació, creció, formó una familia y su pequeña bodega.

Sus estudios: “LA VIDA”.

Desde pequeño tuvo que ayudar a su padre a todas las tareas del campo y del ganado. Aprendió a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar, todo por las noches y a la luz de la vela a escondidas de él. Pronto supo lo que era el esfuerzo y  sacrificio y como Paco dice” siempre estaré agradecido a mi padre que aunque me hizo sufrir mucho, todos los días me acuerdo de él y le agradezco que me enseñara a trabajar duro y a ilusionarme con el trabajo en la viña, en la bodega y en lo más importante; respetar a todo el mundo y  poner de manifiesto los grandes valores humanos de lo hoy que me siento muy orgulloso”.

La bodega de Paco Pacheco surgió, cuando se empezó a  comercializar el  vino que se elaboraba en la propia casa familiar junto a  los sobrantes de vino de las casas de campo vecinas. Fue difícil el empeño, pero se consiguió,  ayudado no cabe duda, por el gran enclave estratégico de la antigua casa, al ser  zona de paso entre Murcia y Jumilla

Cualquier visitante de la bodega de Pacheco puede contemplar in situ, el antes y el después de este negocio familiar y sobre todo su evolución, al construirse dos edificios anexos al inicial, para apostar todavía más por el gran vino de nuestra tierra.

Pero  el alma, está, en esa primera bodega, donde sus gruesos muros de piedra albergan a parte de vino, una gran historia donde el esfuerzo y la  entrega diaria se respiran en cada uno de sus rincones, un lugar donde las puertas se siguen abriendo cada mañana  con el mismo entusiasmo de entonces.

Cuando en estos últimos 10 ó 12 años se empezaron a introducir en estas zonas variedades foráneas como el Cabernet Sauvignon, syrah, Merlot. Paco les decía a sus hijas,”que tontería tenéis con esas variedades, donde esté nuestra Monastrell con su nobleza, fruta y amabilidad que se quite todo lo demás”.

Lo que hizo que durante dos años, sus hijas elaboraran otras variedades diferentes  prácticamente a escondidas. Al final se dio cuenta que podían llegar a un buen entendimiento con nuestra querida Monastrell y las aceptó en bodega.

Sus viñas, sus almendros, sus olivos, su tierra, su campo, su sol, que haría Paco sin respirar cada mañana el aire de su Estrecho de Marín.

Detrás, tiene largos años de mucho esfuerzo y sacrificio, el vino le dio muchas alegrías pero también sus penas y logró lo que poca gente logra después de una caída y no fue levantarse, sino alzarse en vuelo, como si del mismísimo AVE FENIX se tratara.

Si además de contarle a Paco lo que pensamos, sabemos y conocemos de él, le ponemos de fondo la canción del dúo dinámico “RESISTIRÉ” os aseguro que su corazón se encogería en un puño… porque  nadie mejor que él sabe lo que esa palabra significa.

Paco es una persona agradecida con el cariño que le demuestran muchas personas y sobre todo admirado por su familia, en especial por su mujer y fiel compañera Emilia, su gran apoyo ahora y siempre.