Estamos en el momento clave del año, la vendimia llegó y nosotros como siempre expectantes, con todo listo, para recibir nuestro mas preciado tesoro LA UVA. Pilar anda de allí para acá como si del momento del parto se tratara, Luis con todo su alrededor impoluto, revisa hasta el ultimo depósito y demás utensilios…nuestro Paco no pierde de vista ningún detalle y respira hondo para coger fuerzas…y el resto del equipo esperamos ansiosos el gran momento, aportando el trabajo y la energía necesaria para recibir un año más el gran momento de la elaboración.

La puerta de la tolva se abre y a partir de ahí la gran procesión comienza, los tractores con sus remolques rebosantes de uva, desfilan uno tras otro dejando a su paso un agradable olor a uva recién cosechada. El raspón llena la cinta despalilladora y la uva se dirige a los grandes depósitos de fermentación para transformarse en vino. Todo un ritual que se repite año tras año y que cuidadosamente se vigila como si fuera el primero.

Así es que, al igual que el pintor prepara sus lienzos para comenzar su gran obra, nosotros  preparamos los nuestros para  llevar a cabo nuestro particular arte… el de hacer vino.

De este modo, hasta que terminemos la recogida de la uva,  respiraremos, además de un intenso aroma a vino, intensas sensaciones y emociones, porque esta añada 2015 tendrá mucho de especial. Será la primera vendimia, que una estrella desde el cielo, guíe nuestro trabajo,  manteniendo sin duda, una serena y confiada mirada hacia Viña Elena.